Manejo de la hemorragia postrauma (3)

Control de la hemorragia

Una de las condiciones más demandantes al momento de abordar un paciente en shock hemorrágico postrauma es la lesión o lesiones en el anillo pélvico. La zona de la pelvis es difícil de evaluar sólo desde el enfoque clínico, y produce manifestaciones relativamente tarde en la evolución de un trauma en el tronco.

Las guías son claras. En caso de disrrupción del anillo pélvico es fundamental la estabilización inmediata del mismo,  lo que incluye además el empaquetamiento o packing, la embolización angiográfica, y el control quirúrgico cuando sea necesario. Estas son recomendaciones con nivel 1B.

Es importante tener en cuenta el extremo del clampaje aórtico en caso de posibilidad de exanguinación.

Se mantiene el concepto de cirugía de control de daños, sobre todo en pacientes en shock hemorrágico profundo, con hemorragia persistente y coagulopatía. Los pacientes con hipotermia, acidosis, inaccesibilidad del foco hemorrágico o lesiones mayores extra-abdominales también deben considerarse bajo esta premisa.

Agentes hemostáticos tópicos

Se recomienda en nivel 1B el uso de agentes hemostáticos tópicos tales como colágenos, elastinas, celulosas, etc, más medidas quirúrgicas en la hemorragia venosa o arterial y lesión parenquimatosa.

Oxigenación tisular, fluidos e hipotermia

Dirigir la terapia a mantener una tensión arterial sistólica entre 80 y 100 mmHg, lo que se considera hipotensión permisiva, salvo en traumatismo cráneo-encefálico (TCE) o lesión medular.

Las soluciones cristaloides son de elección inicial aunque en ciertos casos puede considerarse el uso de soluciones hipertónicas. También los coloides en los pacientes inestables que requieran reexpansión rápida con menos tolerancia a la carga de volumen.

Calentar al paciente hipotérmico y mantener la normotermia. Sin embargo se recomienda la hipotermia en el TCE aislado las primeras 3 horas y al menos durante 48 horas, en forma selectiva (cabeza y cuello). Recalentar en 24 horas y mantener una presión de perfusión cerebral a cifras superiores a 50 mmHg.

Hemorragia y coagulación

El objetivo debe ser una cifra de hemoglobina entre 7 y 9 g/dl. No hay consenso en el nivel de Hb en TCE grave. La oxigenación cerebral correlaciona con el nivel de hemoglobina.

La politransfusión en los pacientes politraumatizados se ha relacionado con aumento de la mortalidad, lesión pulmonar aguda, sepsis y fracaso renal.

Se recomienda el monitoreo y las medidas para tratar precozmente el desarrollo de coagulopatía. Los pacientes con politrauma no solo sufren hemorragias en sitios anatómicos, sino que frecuentemente presentan también coagulopatía, que está asociada con un aumento de varias veces en la mortalidad.

Controlar de manera seriada el nivel de calcio durante la transfusión masiva. Administrar cloruro cálcico si hay hipocalcemia o cambios electrocardiográficos atribuibles a la hipocalcemia.

Administrar plasma fresco congelado en caso de sangrado masivo a una dosis de 10 a 15 ml/kg. Los pacientes con anticoagulación oral deberían recibir plasma fresco congelado.

El objetivo en el caso de las plaquetas y mantener el valor en más de 50000/mcl y más de 100.000/mcl en caso de hemorragia grave o TCE grave.

Usar fibrinógeno o crioprecipitado si hay hemorragia masiva e hipofibrinogenemia. La dosis es de 15 a 20 U/70 Kg de peso.

Fármacos

En caso de hiperfibrinolisis, utilizar antifibrinolíticos tales como el ácido tranecámico más la perfusión de 1-5 mg/kg/h o épsilon-aminocaproico a dosis de 100 – 150 mg/kg seguio de 15 mg/kg/h.

El factor VII activado recombinante tiene indicación en hemorragia masiva en trauma contuso. La dosis está en debate.

El complejo concentrado protrombínico para revertir los anticoagulantes vitamina K-dependientes.

No se sugiere el uso rutinario de desmopresina, más que en sangrado microvascular refractario si hay inhibidores plaquetario de por medio, tales como el ácido acetil-salicílico.

No hay recomendación para el uso de antitrombina II. En su lugar utilizar plasma fresco congelado.

Esta no es una revisión completa ni un resumen ejecutivo. He intentado destacar los puntos más importantes en las guías europeas de manejo de hemorragia en politraumatizado. Este es el acceso a las Guías, para mayor detalle.

 

Reseña de las guías europeas sobre manejo de la hemorragia en politraumatizado

Reseña sobre las guías europeas para el manejo de la hemorragia postrauma (1)

Este es el primero de 3 posts sobre el manejo del shock hemorrágico en el politraumatizado, luego de la revisión de las guías europeas correspondientes.

La hemorragia no controlada es la principal causa de muerte evitable en pacientes politraumatizados. La coagulopatía por consumo de factores es un fenómeno frecuente y hay una franca asociación de la hemorragia no controlada con la falla de múltiples órganos y la mortalidad.

Evidentemente la cascada de eventos deletéreos asociados a la hemorragia no controlada tiene su origen y consecuencia en los mecanismos de acidosis, hipotermia, hemodilución, hipoperfusión y consumo de factores. estos mecanismos siguen una progresión autoalimentada con determinantes negativos de la evolución.

El abordaje del paciente politraumatizado con hemorragia debe tener como meta principal la resucitación inicial y la detención de la hemorragia. Es necesario basar este abordaje en la reducción del tiempo entre la lesión y la intervención para controlar la hemorragia. Incluso el control de la hemorragia debe iniciarse en la etapa pre-hospitalaria, lo que comprende hasta el uso de torniquetes o dispositivos de compresión externa.

Los otros vértices del abordaje es el diagnóstico y la monitorización, así como la cuantificación de la gravedad. Es fundamental establecer el mecanismo de la lesión, vigilar las variables fisiológicas y actuar preventivamente ante las posibles desviaciones con potencial riesgo, el patrón anatómico y determinar la respuesta a la resucitación.

De manera particular la herniación cerebral inminente es una condición que obliga a la acción inmediata e impide perder el tiempo en otras consideraciones.

Pérdida sanguínea (mL) > 750 750 – 1500 1500 – 2000 > 2000
Pérdida relativa (%) > 15% 15 – 30% 30 – 40% > 40%
Pulso < 100 > 100 > 120 > 140
Tensión arterial Normal Normal
Presión de pulso Normal o ↑
Ortostasis Ausente Mínima Marcada Marcada
Llenado capilar Normal Tardío Tardío Tardío
Frec. respiratoria 14 – 20 20 – 30 30 – 40 > 34
diuresis (mL/hr) > 30 20 – 30 5 – 15 < 5
CNS estado mental Ansiedad leve Ansiedad leve Ansioso/confuso Confuso/letargia
CI (L/min) ↓ 0-10% ↓ 20-50% ↓ 50-75% ↓ >75%

Manejo de la hemorragia en el politraumatizado

La aproximación que implica la adecuada garantía de la vía aérea, la recuperación o resucitación de la volemia y la ventilación apropiada, las Guías Europeas sobre el manejo de la hemorragia en politraumatizado sugieren la normoventilación inicial.

Los volúmenes corrientes altos durante la asistencia ventilatoria constituyen un factor de riesgo para complicaciones posteriores inmediatas y a mediano plazo. En la lesión pulmonar aguda (ALI) es necesario el uso de volúmenes corrientes bajos.

La detección de un shock hemorrágico obliga a la intervención quirúrgica inmediata, cuando la fuente de la hemorragia está demostrada, con especial énfasis en trauma penetrante y fractura pélvica inestable.

En el shock hemorrágico, es prioritaria la investigación inmediata de la fuente de la hemorragia, cuando no está definido el origen. Esto implica evaluar el tórax, la cavidad abdominal y la pelvis mediante la exploración física, las pruebas de imagen y el lavado peritoneal.

La ecografía mediante protocolo FAST (Focus Assessment Sonography in Trauma) se ha convertido en una técnica standard a la cabecera. Los equipos de ultrasonido deberían estar disponibles en cada servicio de urgencias. El protocolo contempla la exploración ultrasonográfica limitada (con entrenamiento previo) en un paciente con trauma, en busca de líquido libre en pericardio y cavidad peritoneal, cuyo hallazgo implicaría hemorragia.

El Eco – FAST o la tomografía computada de tórax y abdomen precoces están establecidos como estudios (evidencia 1B) en trauma de tronco.

La inestabilidad hemodinámica o la presencia de líquido libre conllevan la intervención quirúrgica urgente.

El TAC de tórax y abdomen tiene indicación urgente  en caso de estabilidad hemodinámica pero con sospecha de hemorragia en tronco o lesión de alta energía.

En el próximo post habrá detalles acerca del manejo específico de la hemorragia en politraumatizado, y los objetivos terapéuticos a alcanzar.