Investigación Crítica: Limitaciones y Soluciones

Hay una tesis interesante sobre los RCT (Randomized Controlled Triaos) en medicina intensiva. Desde hace pocos años he accedido a artículos y entradas de blog, en los que se pone en duda la pertinencia de este tipo de estudios en el área de la medicina crítica.

La heterogeneidad de los pacientes, la comorbilidad presente y previa, la edad y otras características hacen difícil establecer una muestra poblacional apropiada.

Además, de lo que me gustaría hablar es de la falta de estandarización en la selección de la entidad a estudiar.

Pero primero comentaré el punto del efecto marginal con cada intervención, luego de agotar las intervenciones que probablemente sí tengan un efecto evidente, clínica y estadíscamente significativo.

Aquí podemos mencionar también los esfuerzos para torcer las estadísticas, y así la realidad, con el fin de demostrar las «verdades» o descartar otras propuestas.

He asistido a la confección de estudios, he fungido de revisor de artículos en el formato «peer review», en los que una mínima movilización del umbral, del dintel o del tamaño de la muestra, trastoca los resultados en uno u otro sentido.

Lo describe muy bien Rafael Olivé en este substack, y en otros más de su autoría. ÉL está en una cruzada para tratar de combatir los paradigmas que han marcado la investigación en medicina crítica.

Yo también traté ese tema en algún post previo.

En los últimos 40 o 50 años, se insiste en montar la investigación basada en síndromes extensos, con criterios de inclusión disímiles e irreproducibles.

La falta de definición de la enfermedad-base impide que de la intervención estudiada pueda sacarse alguna conclusión plausible.

Luego, nos llenan congresos y publicaciones con estudios de intervenciones mínimas, marginales, poco razonables, para extraer «enseñanzas» que guían la práctica o los cambios en la misma en los años siguientes.