El número del 29 de agosto del New England Journal of Medicine iniciará una serie de artículos de revisión acerca de medicina intensiva o medicina crítica. Como bien dice el Dr. JL Vincent, la medicina intensiva ha evolucionado desde sus raíces en 1952, cuando la gran epidemia de polio en Dinamarca obligó a re-enfocar el manejo de estos pacientes que claramente requerían soporte ventilatorio, marcando el nacimiento de una nueva especialidad en medicina.
Desde entonces la medicina crítica se ha desarrollado en la mayoría de los países, tanto desarrollados como en vías de desarrollo, incrementando su aporte y campo de acción.
Los intensivistas enfrentan ahora viejos y nuevos retos en función de la mayor complejidad, el aumento de la esperanza de vida, la pluripatología y la limitación de medidas terapéuticas, así como el advenimiento del cuidado paliativo.
Múltiples decisiones a las que hay que enfrentarse desde un punto de vista multidisciplinario, evaluando a cada momento las opciones terapéuticas, éticas y morales para proveer la mejor decisión en función del bien del paciente.